Construyendo una comunidad de mujeres agricultoras: Una conversación con Mily Treviño-Sauceda

Mily Treviño-Sauceda es la cofundadora de la Alianza Nacional de Campesinas, la primera organización nacional de mujeres campesinas. También es cofundadora y ex directora ejecutiva de la Organización en California de Líderes Campesinas, Inc., conocida como «Líderes Campesinas». Activista de toda la vida para trabajadoras agrícolas, nació en Bellingham, Washington, en el seno de una familia de trabajadores agrícolas migrantes.

Como ex trabajadora agrícola, Treviño-Sauceda tiene experiencia de primera mano con respecto a los problemas que enfrentan los trabajadores agrícolas. Ha trabajado en discriminación de género, diferencia de salarios, riesgos de salud y reformas migratorias a nivel local, estatal, nacional e internacional. Treviño-Sauceda ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su trabajo, incluyendo ser reconocida como una de las «100 Heroínas del Mundo» y por haber recibido el “Premio de Liderazgo para Cambiar el Mundo” de la Universidad de Nueva York y la Fundación Ford. Ella es considerada «la líder del movimiento de mujeres trabajadoras agrícolas en los EE. UU.» Por la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer (Women’s World Summit Foundation). En 2016, la fundación le otorgó el “Premio a la Creatividad de las Mujeres en la Vida Rural”.

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¿Qué es importante entender acerca de ser una mujer trabajadora agrícola?

Vengo de una familia de trabajadores agrícolas migrantes, y comencé a trabajar en el campo a los ocho años. Las mujeres que han sido trabajadoras agrícolas, o que son parte de familias de trabajadores agrícolas, han compartido, internalizado y aceptado roles muy estrechos. Soy muy franca en términos de cómo se impusieron los roles de género a las mujeres y se les hizo aceptar la idea de estas diferencias. Como mujeres, todas hemos pasado por diferentes tipos de explotación y discriminación, pero estamos unidas por una experiencia única de ser trabajadoras agrícolas pero no iguales.

¿Quién ayudó a formar tu camino y tu voz en tu trabajo como defensora / organizadora?

En mi edad avanzada, entiendo que a mí y a mi familia nos debían pasar muchas cosas para que yo finalmente «lo entendiera». Mi padre fue contratado por el sindicato de Trabajadores Agrícolas Unidos (UFW, por sus siglas en inglés) y como no tenía mucha educación, él me pedía que lo acompañara cuando estaba organizando o negociando contratos. Mi mamá estaba involucrada con la iglesia y con las escuelas primarias a las que mis hermanos y yo estábamos asistiendo. Y también aprendí de mis hermanos cuando se organizaban con el UFW. Cuando ayudé a formar Líderes Campesinas (una organización de desarrollo de liderazgo para mujeres campesinas en la zona rural de California), todo se basó en cosas que aprendí al formar parte del equipo que organizaba a los jóvenes en la Iglesia Católica y de ser parte de la UFW con mi padre, organizando proyectos de puerta en puerta.

¿Qué te motivó a comenzar a enfocarte en los problemas de las mujeres trabajadoras agrícolas?

Cuando comencé a trabajar para la Asistencia Legal de California (California Legal Assistance), aprendí más sobre cuántos problemas comenzaban con la vivienda: los inspectores embargaban los mismos tipos de lugares donde vivía mi propia familia. Comencé a conocer más mujeres, por lo general acompañando a sus esposos, hablamos de vivienda, cuidado de la salud, educación y asuntos laborales. Pude ver que las mujeres no hablaban: no era la norma ni estaba permitido. Además, desde mi participación en el sindicato, vi que muy pocas mujeres estaban involucradas. Le pregunté a mi papá, «¿Cómo es que las otras mujeres no asisten?» Incluso mi madre no quería ir porque aunque los hombres no eran necesariamente irrespetuosos, las mujeres no sentían que había un lugar para ellas en la conversación. Estaba claro que era necesario cambiar.

¿Dónde comenzaste?

Un momento notable fue cuando Gilberto Padilla, ex secretario-tesorero de la UFW y co-activista de César Chávez, me invitó a una reunión de organización con la finalidad de que las mujeres se involucraran. Invitó a las mujeres a liderar la renegociación de los contratos, permitiéndonos tener una voz y utilizando nuestras fortalezas como una estrategia de organización. Para nosotras fue como, wow, no sabíamos que podíamos hacer esto. Pasamos tres semanas completas solo organizándonos. Él se reunía con nosotras y nos preguntaba cómo creíamos que debíamos hacer ciertas cosas. Empezamos a dar diferentes ideas y él escuchaba. Eso tuvo un impacto en mí.

¿Qué hiciste con esa experiencia?

En un momento dado, Gilberto dijo, siempre haz lo que tengas que hacer, siempre y cuando no te haga daño a ti ni a tu familia. Entonces, durante la vendimia cuando estaba embarazada de siete meses, salté sobre un camión cargado con cajas, comencé a gritar y traté de que la gente se organizara. El conductor no sabía que yo estaba allí y comenzó a mover el camión y todos finalmente comenzaron a prestar atención por miedo a lo que pudiera pasarme. Y así, la gente finalmente salió de los campos y se organizó a pesar de que mi método para llevarlos allí tenía más que ver con “detener a la loca embarazada” que con escuchar mi mensaje. Pero funcionó. Un año después, fui contratada por el director del programa de migrantes de Asistencia Legal Rural de California. Fue un punto de inflexión para mí, ya que aprendí de estas mujeres a través de sus entrevistas; la importancia de escuchar lo que realmente querían y necesitaban. Aprendí la necesidad de las organizaciones de mujeres para mujeres; para que como mujeres pudiéramos crear nuestro cambio y luchar por nuestras necesidades y problemas.

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¿En qué se diferencia la organización y la abogacía, como mujeres en el trabajo agrícola?

Primero, las mujeres se organizan de manera diferente. No tenemos que esperar para reunirnos en grupos para comunicarnos, compartir ideas, planificar y movilizarnos. Primero organizamos a nuestras familias y les pedimos que contribuyan de diversas maneras, incluido el transporte, ayudando con la logística, cuidando a nuestros niños mientras nos organizamos, etc. Nunca pensamos que íbamos a construir este tipo de movimiento con Líderes Campesinas; creamos 12 capítulos estatales de mujeres trabajadoras agrícolas. Y, sin embargo, teníamos toda una red de mujeres trabajadoras agrícolas en California que tenían contactos con mujeres en otros estados. Nuestros esfuerzos con Líderes Campesinas en California comenzaron a verse presionados por una necesidad nacional mayor. Entonces, decidimos construir una organización nacional, Alianza Nacional de Campesinas, que representaba a 11 estados diferentes. ¿Por qué había esta presión allí? Bueno, parte de eso fue porque Líderes Campesinas había comenzado a hablar sobre la violencia contra las mujeres. En California, promovimos un programa estatal llamado Programa Contra la Agresión Sexual y Violencia Doméstica para Mujeres Agricultoras. Fue diseñado para enfrentar los problemas de abuso sexual y violencia doméstica de las mujeres trabajadoras agrícolas. Ningún otro estado tenía algo así. Luego, en 2011, nuestras conexiones con las mujeres en todo el país demostraron que se necesitaba más atención para que esto fuera considerado un problema nacional. Alianza pudo apoyar y desarrollar grupos en Florida, Nueva York y Washington.

¿Cuáles son los principales problemas por los que abogan Líderes Campesinas y Alianza?

Hay varios. Líderes Campesinas se enfoca en la reautorización de la Ley de Violencia contra las Mujeres. Tuvimos ejemplos y pruebas de muchos casos en que las mujeres habían sido acosadas y abusadas sexualmente en su lugar de trabajo o en el hogar. Pudimos ayudar a hacer cambios en la ley para que las mujeres no necesitaran estar casadas con un residente legal o un ciudadano de los EE. UU. para estar cubiertas por la ley. Pero a pesar de estas victorias, seguimos abogando intensamente contra el acoso sexual. Cuando comenzamos este trabajo y dimos capacitaciones para otras organizaciones, realmente comencé a entender que mi experiencia de silenciar mis propias vivencias de agresión sexual durante tantos años era lo que muchas otras estaban haciendo. Además, Líderes Campesinas y Alianza han trabajado en el reciente Estándar de Protección al Trabajador. La promoción se realizó en colaboración con otras grandes organizaciones como Earthjustice, Justicia para los Trabajadores Agrícolas (Farmworker Justice), la Asociación para los Trabajadores Agrícolas de Florida (Farmworker Association of Florida) y la Coalición Rural (Rural Coalition). Pudimos no solo obtener cientos de testimonios de trabajadoras agrícolas sobre los cambios necesarios en los estándares, sino también reunirnos con la entonces administradora de la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency), Gina McCarthy, para discutir cuestiones relacionadas con el uso inseguro de pesticidas y la necesidad de mejores protecciones.

¿Cuáles son algunas de las principales barreras para los esfuerzos de Líderes Campesinas y Alianza?

Aunque mucho ha cambiado, todavía estamos lidiando con muchos tabúes y mitos sobre la violencia sexual. Además de eso, nuestro trabajo consiste en generar confianza. Muchas agencias piensan que porque vienen a una de nuestras reuniones todo está arreglado. Es solo el primer paso. No se trata de pensar que sabes lo que es mejor para la comunidad. Se trata de ser los servidores de esa comunidad porque nos pagan para que hagamos ese trabajo y proporcionemos la información que se necesita; las personas son las que deben decidir cuándo y dónde debemos hacerlo. Los patrocinadores todavía no comprenden esto, piensan que saben lo que la comunidad necesita. El apoyo real consiste en escuchar y apoyar la propia capacidad de la comunidad para movilizarse y para promover el cambio. Además, una gran pieza que falta es: ¿cómo se conectan las mujeres para poder comenzar el complicado proceso de una queja y acción formal? Muchas de ellas no entienden el sistema. Muchas no conocen sus opciones, no saben si se les creerá, y cómo serán apoyadas.

¿Qué sigue para ti?

Quiero trabajar en cómo podemos lograr que las mujeres trabajadoras del campo se posicionen en -comisiones, juntas, consejos, condados, estado, etc.- donde nos representen y se tomen decisiones para nuestra comunidad. A través de Alianza, tenemos organizaciones que ya están ayudando a las mujeres a construir sus propios negocios. A través de Líderes Campesinas, estamos haciendo lo mismo. Estamos tratando de apoyar a las mujeres en nuestra cultura para que se conviertan en pequeños agricultores y aprendan a construir sus propios negocios. Necesitamos comenzar a construir nuestros propios negocios en lugar de simplemente trabajar para otros, porque todavía hay mucha explotación. Queremos asegurarnos de que todo lo que construyamos sea representado y gobernado por mujeres trabajadoras del campo.